Tus acciones te definen

Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento.

Albert Einstein

La entrada de hoy se trata de una anécdota que nos muestra que no basta con conocer y repetir a la perfección la misión, visión, valores y principales puntos del Código de Ética del Infonavit, sino que es más importante aplicarlos en nuestras acciones diarias y reacciones ante situaciones que ponen a prueba nuestra integridad.

Esta anécdota nos la envió Rodolfo Ortiz, excolaborador y compañero del Infonavit, quien desea compartir un poco de sus vivencias para aprender de ellas.

Desde una visualización panorámica, centrada en la atención a la derechohabiencia, y con enfoque en el concepto humano, deseo compartirles un suceso, dentro de los miles que nos acontecen como parte de nuestra vida laboral en la historia del Infonavit.

Leí alguna vez en un conocido portal periodístico la publicación de un artículo bajo el título “Devuelven a dueño mochila extraviada con diez mil pesos en el metro del Distrito Federal”. El texto comunicaba a sus lectores que un usuario la encontró y la llevó al área de objetos extraviados. Los documentos en su interior sirvieron para localizar al propietario, que tiempo después la recuperó.

Esta noticia me conectó con una experiencia similar que tuve en el edificio sede del Infonavit, hace más de dos décadas. Para mí fue un momento que tuvo un bello final, tal y como dice Jorge Luis Borges en su poema “Momentos”. Aquí lo comparto:

Hace algún tiempo, un día de tantos, caminaba desde la Coordinación de Evaluación Financiera (área en la que trabajaba), hacia la Gerencia de Patrimonio Inmobiliario, ambas gerencias vecinas en el tercer nivel del edificio sede. Precisamente frente a esa última vi a un individuo que dizque leía el periódico, y al mismo tiempo trataba de pisar para ocultar a la vista un fajo de billetes.

Su actitud era sospechosa, por lo que me acerqué y le pregunté: “¿Es suyo ese dinero?”, a lo que respondió: “No, no es mío”.

Enseguida lo recogí, me dirigí a la recepcionista de esa gerencia y le dije: “Seguramente este dinero lo perdió alguien y vendrá más tarde a buscarlo”. Le sugerí que lo contara, anotara y guardara, y cuando viniera alguien a buscarlo le hiciera muchas preguntas antes de entregarlo. La compañera aceptó y contó los billetes, eran quince mil pesos.

Más tarde me enteré por ella que efectivamente un derechohabiente acudió desesperado preguntando que si alguien le había dado información acerca de un fajo de dinero extraviado.

Él comentó que ese dinero era el resultado de tres meses trabajo arduo y que tras ir a una cita en el Instituto para liquidar un adeudo, se había dirigido a Tesorería para pagar y precisamente en ese lugar se dio cuenta de que ya no traía el dinero.

Después de varias preguntas, la compañera finalmente verificó su nombre y otros datos, con lo que el derechohabiente recibió su dinero, quedando feliz y muy agradecido con el Instituto por la honestidad y atención recibida.

Espero inspirar al equipo Infonavit a escribir también alguno de los bellos momentos y experiencias en su vida laboral como parte de la historia del Instituto, construido gracias al capital humano.

Gracias por leerme.

Reflexiona, ¿qué hubieras hecho si estuvieras en el lugar del trabajador que encontró los billetes, en el de Rodolfo, o en el de la compañera que entregó el dinero?

Nuestra labor está centrada en las y los trabajadores, pero no puede llevarse a cabo adecuadamente sin la aplicación correcta de los principios que dicta nuestro Código de Ética, tales como honradez, respeto, lealtad, entre otros, apegándonos a las conductas en el centro de trabajo que en él se mencionan y con una dosis importante de profesionalismo implementada desde casa, desde el Infonavit.

Si queremos ser parte de la transformación del Instituto, debemos generar un cambio en cada decisión, comportamiento y acción, ser representantes de una Actitud que inspira y transmitir la importancia de las buenas prácticas a nuestro equipo para que en conjunto sigamos haciendo del Infonavit un gran lugar para trabajar.

¿Tienes alguna anécdota parecida? Compártela en los comentarios.

4 comentarios

  1. María Dolores Rodríguez Tepezano

    ¡Muy bien Rodolfo! Muy bonito escrito de los que en la vida es correcto. La honradez es una gran virtud, más aún en quienes trabajamos en Infonavit. Yo deseo enormemente que el nuevo Instituto que día a día estamos construyendo sea próspero en honradez y transparencia. Me encantó su escrito.

    1. Rodolfo Ortiz Hidalgo

      María Dolores, gracias por tu comentario a mi colaboración que, con enorme gusto, sinceridad y respeto, escribí para todos ustedes.
      Lo valoro y agradezco de todo corazón.
      También me han parecido interesantes, y valiosos tus artículos, que a través del tiempo has compartido.
      Saludos.

      1. Comunicación Interna

        Gracias Rodolfo por tu colaboración, en definitiva es muestra de una actitud que inspira.

    2. Comunicación Interna

      María Dolores, tienes razón al mencionar que hay valores que nos distinguen en el Infonavit.

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