“Volvería a elegir ser gay”

Este espacio de encuentro que tenemos en el Blog Equipo Infonavit está hecho para que entre todas y todos formemos una comunidad que se muestre transparente, sincera, que sepamos quiénes nos rodean y cómo somos: seres humanos con alegrías, sinsabores, sueños, retos, desencuentros y diferencias.

Nuestra pluma invitada de hoy es Ana Teresa Cortés Ponce, analista especializada en la Gerencia del Cesi de Barranca del Muerto, quien nos permite conocer la vida de Alejandro León Rodríguez (analista especializado en la Subdirección General de Operaciones), su compañero, amigo, que sin tapujos, porque es feliz, nos dice: “Si yo volviera a nacer, volvería a elegir ser gay”.

Cuando hablamos del Orgullo Gay, definitivamente, se nos vienen a la mente todas aquellas personas que luchan por sus derechos y orientación sexuales, probablemente, hasta pensemos en las marchas y desfiles llenos de color que nos muestran todas las personas que aman expresar su orientación a pesar de no ser aceptadas como deberían. Pero a mí, sin duda, lo primero que se me viene a la mente es Alejandro León, la alegría que transmite y lo orgullosa que estoy por tener la dicha de conocerlo. Por esta razón y porque me encantaría que todos dentro del Instituto conozcan un poco de Alex, es que me tome a la tarea de entrevistarlo. A continuación les comparto lo que me respondió:

¿Cómo fue para ti crecer siendo gay?

En la infancia es un poco difícil ser gay, más en la época que nos tocó vivir. En la primaria sufrí mucho bullying y en ese momento aún no entendía por qué. Cuando yo me empecé a dar cuenta de mi orientación sexual fue en la secundaria, ahí aunque ya no me molestaban tanto, no dejaban de hacerlo; se fijaban en mi forma de caminar, de hablar, de vestir y pues esto se convierte en una situación muy difícil, porque al tener una forma de ser diferente a la de los demás, te empiezan a juzgar.

Cuando llegué a la prepa el nivel de bullying siguió bajando, pero, de una u otra manera, no era aceptado. Dentro de la misma escuela había un grupo de gays que buscaban incluirme, pero era tanta mi ignorancia, mi miedo y mi frustración que cuando querían invitarme a sus eventos, yo no entendía de qué se trataban. Una vez me llegó una invitación de ellos que decía que era una reunión Gatorade y pensé que iban a dar ¡sólo esa bebida!, tanto era mi miedo a destaparme y mi cerrazón que no entendía ese tipo de claves o indirectas.

Por su puesto, en la preparatoria había más compañeros con las mismas orientaciones que yo y, evidentemente, ya no fue tanto el acoso y la burla; ya había un espacio para nosotros, no tan abierto, pero existía y, finalmente, esto fue lo que me permitió destaparme un poco más y tener mi primer novio.

A pesar de tener novio y abrirme un poco más a mostrarme tal y como era, me seguía sintiendo culpable, mi interior me decía que algo estaba mal; me sentía el raro, pensaba que no era correcto y que era la única persona que tenía este tipo de orientaciones.

Cuando llegué a la universidad, fue donde me di cuenta de que no soy el único, que somos miles y miles de gays. Estando ahí, terminé con quien fue mi primer pareja y empecé otra relación mucho más formal, con un hombre mayor que yo y fue cuando conocí más a fondo a la población LGBTI+. Me di cuenta de que había espacios, lugares, grupos…, que no eran tan abiertos como ahora.

¿Cómo fue que saliste del clóset?

Mi relación en la universidad y conocer más a fondo a la población LGBTI+ fueron un gran parteaguas para mí, ya que permitieron aceptarme más; sin embargo, también tuve la mala experiencia de darme cuenta de que mi pareja era muy posesivo conmigo; mi error fue darle el número de teléfono de mi casa, en ese tiempo no había celulares y era común compartir tu número, pero cuando terminamos la relación, estaba tan molesto conmigo, que él fue quien le dijo a mi familia que yo era gay.

A mis 18 años, mi familia se enteró de mis orientaciones sexuales. Mi mamá y mis hermanos no dijeron nada, pero quien no me aceptó tal y como soy fue mi papá, y hasta el día de hoy sigue sin aceptarme.

¿Cómo fue tu vida a nivel familiar?

A nivel familiar también es complicado ser gay. Tenía ademanes diferentes a los de mis hermanos, ellos son varones mayores que yo, y pues obvio mi comportamiento no era igual al de ellos, entonces también mi entorno familiar se tornó difícil.

En mi casa, mi papá siempre me incitaba a jugar con cosas de niños, a comportarme como hombre, porque, de cierta manera, desde chico se notaban mis orientaciones. Cuando en mi casa se enteraron de que soy gay, mi papá me corrió de la casa y eso me obligó a enfrentarme a la vida; desde mis 18 años a la fecha, me he dedicado a trabajar y a salir adelante.

¿Cómo saliste adelante después de irte de casa de tus padres?

Hoy en día soy una persona independiente, me valgo por mí mismo, lo que tengo es gracias a mi esfuerzo; en parte le agradezco a mi padre el haberme corrido de mi casa, porque gracias a eso he logrado mucho.

Por situaciones como ésta, a nosotros los gays nos identifican mucho como personas luchadoras, emprendedoras, que nunca se quedan estancadas. Yo empecé a trabajar a mis 18 años en una Bodega Aurrera de abarrotero, cargando bultos, era un trabajo muy cansado en el que rolaba turnos, pero sabía que eso no era para mí, quería algo más; no me veía toda mi vida en un cuarto de vecindad de cuatro por cuatro.

Hubo algo que me motivó a salir adelante, porque me dio en el ego: cuando mi padre me corrió de la casa me dijo: “El día de mañana que no tengas para tragar, por lo menos te voy a venir a aventar un plato de frijoles”, y entonces me dije: “Jamás en la vida le voy a dar el gusto de venir a pedirle algo”; esta situación, a pesar de ser muy fuerte, me ayudó mucho para salir adelante y de ahí para el real.

¿Cómo ha sido para ti ser gay dentro del Infonavit?

 Afortunadamente en el ambiente laboral donde yo he trabajado siempre he sido bien aceptado. Al principio dentro del Instituto, te voy a ser honesto, sí tuve un pequeño conflicto, porque, cuando entré, las personas que tenían la Administración eran un poco homofóbicas, nunca tuve un desplante, pero sí sentía que me hacían cierta distinción por ser amaneradito. No es necesario que te hagan o digan algo, pero con las actitudes, te das cuenta de que no te aceptan del todo.

Con el paso del tiempo fue cambiando la situación, cambiaron las personas que estaban al frente y evolucionaron muchas cosas. Hoy puedo decir libremente dentro del Instituto que soy gay, incluso en algún tiempo estuve colaborando en Dirección General y había una apertura increíble, me dieron la confianza, no les importaba mi orientación sexual, les importaba mi trabajo, mi desempeño, mi disponibilidad. Hoy puedo decir que dentro del Infonavit no importa quién es Alejandro León en su vida personal, sino su desempeño laboral, siempre estoy disponible para trabajar.

¿Qué significa para Alejandro ser gay?

El gay nace, no se hace y no está de moda. Ser gay es bonito, a pesar de que no todos lo aceptan, a mí no me da pena decirlo y si volviera a nacer, volvería a elegir ser gay. Es una orientación sexual muy grata, muy padre. A mí, gracias a Dios, me ha ido muy bien; todos hablamos según nos va en la feria, a veces nos va bien, otras mal, en el amor, en el ambiente familiar, en el trabajo.

A lo largo de las diferentes etapas de mi vida he visto cómo los tiempos han ido cambiando; la aceptación a la población LGBTI+ es más abierta, existe una apertura más grande, ya eres aceptado en muchos lugares. Antes a las personas les compartías el hecho de que eres gay y te decían: “Hazte para allá”, te hacían sentir como su tuvieras roña. En la actualidad, a nivel personal y gracias a mi orientación sexual, tengo más apertura, me siento más aceptado, tengo más amigos, más confianza hacia la gente y de que se acerquen más a mí.

Los tiempos han cambiado y sí, pasé muchas burlas y sufrimiento a nivel personal, laboral y familiar; aún lo sigo pasando, pero ya no como antes, podría decir que la aceptación a la población LGBTI+ aún no se encuentra al 100%, pero sí en 80%.

Hoy veo que ya existe apertura, por ejemplo, en los nuevos papás, yo me he enterado de niños de 14 o 15 años que abiertamente les dicen a sus padres que son gays y son aceptados, ¡yo qué más hubiera querido que en mi época pasara eso!

Si algo me tiene contento es que hoy soy bien aceptado en mi trabajo, en mi familia, con mis amigos, entonces hoy en día te puedo decir que estoy orgulloso de mi orientación sexual, no puedo decir que me hubiera gustado ser diferente, porque no, y si hoy me preguntaran si elegiría ser gay, diría que sí.

Tener esta plática con Alejandro para mí fue muy enriquecedor. Siempre que charlo con él me quedo con un gran aprendizaje, por ello quiero terminar esta entrevista compartiéndoles el consejo que me dio al finalizar las preguntas:

Yo soy feliz con quien soy, siempre me vas a ver con una sonrisa en la cara, siempre alegre porque estoy feliz conmigo mismo. Me siento orgulloso de ser gay, me siento satisfecho, me siento contento. Sí tengo críticas por mi orientación, pero, de todas maneras, aunque no seas gay las tienes; así que si tú te sientes a gusto con lo que eres, lo demás no importa, hay que aceptarnos como somos para ser felices y dejar ser felices a los demás. No vivamos de apariencias, quitémonos las máscaras, seamos nosotros, seamos transparentes, y si a la gente no le gusta, que no te importe, lo importante es que tú estás viviendo tu vida y eres feliz, hay que querernos como somos.

Definitivamente, Alejandro es un ejemplo de aceptación, de amigo, de compañero y de ser humano. Gracias por compartirnos un poquito de ti, Alex, sin duda, eres admirable.

Esperamos que hayas disfrutado la entrevista. Déjanos tus comentarios, abre tus sentimientos y pensamientos con respeto y dinos qué opinas de esta historia. Ana Teresa y Alejandro también están ansiosos de leerte.