¡Qué no daría por volver a estar contigo! Un deseo que muchos tenemos al recordar a quienes han partido.
En México existen miles de maneras de celebrar a la muerte, pero hay una que destaca: en la que nos cuentan que el cuerpo muere, pero el alma continúa con su transitar. Y desde esa otra vida tiene la oportunidad de regresar, aunque sea por un segundo.
La comunidad purépecha de Michoacán lleva a cabo la celebración conocida como animeecheri kúinchekua o Fiesta de las ánimas, en la que conciben la vida misma en todas sus dimensiones, dotándola de una solemnidad ritual para marcar distancia entre lo lúdico y lo festivo.
Nuestra pluma invitada Juan Manuel Rivas Ruiz, encargado en el Cesi Zamora en Michoacán, nos cuenta más sobre esta tradición que fue declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad en 2013 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

El Día de Muertos es una de las tradiciones más representativas de nuestro país y, sin duda alguna, Michoacán es una de las entidades donde esta costumbre cobra mayor sentido.
Para las comunidades purépechas que habitan en diversas regiones de la entidad, esta celebración es conocida como animeecheri kúinchekua (Fiesta de las ánimas). Para ellos no es una celebración a la muerte, sino a la vida y a la continuidad o, si se prefiere, a la otra vida con la oportunidad de coincidir un día, encontrarse y convivir los de este mundo y con los del otro.
Este encuentro de los que ya no están, pero regresan un día al año a convivir con sus seres queridos, es el motivo de reunión de las familias, para comer junto al que está de visita, ofrecerle lo mejor que se tiene. Los objetos también entran en juego para la ocasión: la flor, la comida, los cohetes, el pan…
Los purépechas afirman que cuando alguien muere, su cuerpo se sepulta, pero su alma sigue viviendo y va a reunirse con sus seres queridos que fallecieron antes, con los dioses, y desde esa otra vida puede regresar a ésta, para convivir otra vez con su pueblo y con los suyos.
Uno de los elementos que distingue a esta celebración son los grandes altares que se montan en los panteones o en las casas de los habitantes de las comunidades. Se trata de una construcción simbólica donde se colocan diversos elementos, con el objetivo de rendir tributo a sus difuntos.
La elaboración del altar, sus dimensiones y complejidad es tan variada como el gusto de los parientes a quienes corresponde su elaboración, también se toma en cuenta si es el primer año o si ya es un altar pequeño y sin fiesta, sólo para seguir ofrendando a las ánimas de familia.
Algunos de los elementos que no pueden faltar en los altares de muertos son:
- Papel picado: representa la alegría del Día de Muertos.
- Retrato: se suele colocar en la parte más alta del altar y sugiere al familiar(es) a quienes se dedica el altar.
- Flor de cempasúchil: simbolizan la guía a los espíritus en este mundo.
- Sal: es el elemento de la purificación, sirve para que el alma no se corrompa en su viaje.
- Cruz de ceniza: purifica el espíritu del muerto de sus culpas pendientes.
- Velas y veladoras: es una guía para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.
- Copal e incienso: suelen utilizarse para alejar a los malos espíritus y purificar el ambiente.
- Agua: simboliza la pureza del alma y sirve para que ésta mitigue su sed.
- Comida: se colocan los alimentos que más disfrutaba el difunto en vida, ello para deleitar su visita.
- Pan de muerto: este alimento posee otro sentido, tiene la forma del ánima que se espera, se coloca junto al altar o tumba y cuando llega, lo come y al mismo tiempo lo impregna de su esencia.
- Arco: formado de fruta y flor de cempasúchil, representa la entrada al inframundo.
- Mariposas: la llegada de las mariposas monarca a México coincide con la celebración del Día de Muertos, por esa razón hay una leyenda que cuenta que son en realidad las almas de los fieles difuntos que regresan para celebrar con los vivos.

Invito a todas y todos mis compañeros a continuar con estas tradiciones que nos dan identidad y son parte de nuestra vasta cultura.
Este ritual, donde se cruzan la ausencia del ser amado con el transitar de la vida, en todas las dimensiones, es la oportunidad para que los caminos se puedan unir. Cada elemento, actividad y momento en la Fiesta de las ánimas son dedicados para la comunión con los abuelos, madres, padres, primas, hermanos o amigos que ahora están en la otra vida.
Quizá el Día de Muertos sea esa voz ahogada de la ausencia que puede ser escuchada para decirles a los nuestros que los amamos y que siempre viven en nuestros recuerdos.
En cada rincón del país, la celebración es distinta: hay quienes celebran a la vida o la muerte, ponen ofrenda en los panteones o en casa, para recordar, reír, disfrutar, llorar… en fin.
Aquí en el Infonavit esta celebración siempre tiene el toque de alegría y compañerismo, por lo que te invitamos a echarle un ojo a este video donde las y los colaboradores de la delegación Oaxaca nos comparten la alegría de reunirse en honor de quienes se adelantaron en el camino.
¿Tú cómo celebras el Día de Muertos? Te leemos.
María Dolores Rodríguez Tepezano
¡Muchísimas felicidades por este trabajo! Es muy bello el escrito y ni qué decir del video, realmente hermosos. Si mal no recuerdo los purépechas viven a un lado del lago de Pátzcuaro, o muy cerca. La composición literaria que usted hizo del ritual de muertos es muy ilustrativa, tiene un cierre muy inspirador al decir que las mariposas monarcas regresan porque son las almas de los muertos que vuelven a ver a sus seres queridos. Muy bonito el video, ir a la oficina disfrazado en alusión al día de muertos ¡Me encantó!!
Juan Manuel Rivas Ruiz
Un gusto que te haya agradado la nota. Estás invitada a Michoacán. ¡Saludos desde el alma de México!