Solidaridad ante todo

México es un país que se encuentra en una zona privilegiada en el planeta, lo que lo hace contar con una gran biodiversidad, no obstante, su ubicación también lo coloca en una zona sísmica, razón por la que estamos expuestos a vivir temblores de diversas intensidades.

Si bien sabemos y está comprobado científicamente que los movimientos de las placas tectónicas no se pueden controlar, tampoco es posible predecir cuándo ocurrirá un sismo. Sin embargo, lo que sí es un hecho es que debemos estar preparados siempre para ello.

Nuestro país ha sufrido varios sismos, tan sólo hay que recordar los años de 1985 o 2017, cuando la tierra nos agarró sin tiempo, desprevenidos y por un momento no dimos cabida a lo que sucedía; pero tampoco vayamos tan lejos, el pasado 7 de septiembre de este año un movimiento de magnitud 7.1 tuvo su epicentro en Acapulco, Guerrero, donde hizo que el sueño de nuestros compañeros guerrerenses y de Ciudad de México fuera interrumpido y trajera a sus mentes recuerdos de temor por temblores de antaño.

No obstante, a pesar del miedo e incertidumbre que hemos experimentado a lo largo de estos acontecimientos, también la fortaleza y unión que mostramos todas y todos los mexicanos surge cada vez que nos encontramos ante una situación de emergencia. Nos cuidamos, estamos pendientes unos de otros y sobre todo, aún a la distancia, siempre somos solidarios.

Hoy leeremos y sentiremos la experiencia de nuestra pluma invitada Francisco Silva Gálvez, encargado especializado en la delegación Guerrero, quien vivió el temblor de aquella noche del martes 7 de septiembre.

Estuvo muy feo lo del terremoto y todas sus réplicas que aún se dejan sentir, a eso le agregamos las lluvias que nos tienen de cabeza.

Recuerdo que el martes 7 de septiembre, aproximadamente a las 8:47 p. m., me encontraba en la parte superior de mi casa, checando el nivel de mis tinacos, pues donde vivo es muy frecuente que no tengamos agua, de pronto vi unos destellos en el mar y pensé que eran fuegos pirotécnicos, pero en ese momento empezó a temblar muy fuerte. Escuché a mis hijas gritar pidiéndome que me bajara rápido porque estaba temblando; a pesar de que vivimos en una zona sísmica y estamos acostumbrados a los temblores, el que estábamos pasando era fuera de serie.

Como pude bajé y ¿cuál fue la sorpresa? La puerta principal estaba cerrada y no encontrábamos las llaves. Fueron momentos interminables, el temblor seguía muy fuerte. Por fin las encontré, pero eran tanto los nervios que no le atinaba a la cerradura.

Cuando logramos salir al patio, seguía temblando muy fuerte, escuchábamos crujir la casa y las ventanas de vidrio, pero lo más dramático y desgarrador, en este caso para mí como padre, fue ver el terror reflejado en las caras de mis hijas; una de ellas no dejaba de gritar. Yo tenía tanto miedo como ellas, pero trataba de no demostrarlo. Como pude las abracé y les dije que todo estaría bien, que se calmaran, que Dios nos protegería.

Fue muy aterradora esa noche, pues cuando dejó de temblar, no había luz en medio Acapulco, la bahía no se veía, no había teléfonos… en fin, pensamos que era el fin.

Cuando por fin se restableció todo, empezamos a ver que los daños fueron mayores en Acapulco, pero lo malo todavía no pasaba…  las réplicas fueron muy fuertes y frecuentes. Esa noche tuvimos que dormir en el patio y no sólo nosotros, la mayoría de los vecinos así también lo hizo.

Y como dije, sí hay daños materiales que lamentar, pero esta noble institución, Infonavit, siempre ha sabido salir adelante con todos sus derechohabientes afectados.

Siempre hay apoyo, y por supuesto que la maestra Talina Sámano Calderón, delegada en Guerrero, siempre incansable, se encuentra haciendo frente a estas inconveniencias de la naturaleza, con todo lo que el Infonavit sabe hacer en estos casos. Agradecemos a nuestro líder nacional, el arquitecto y licenciado Riva Palacio que siempre se encuentra atento en todas las circunstancias y ofrece el apoyo requerido.

Agradezco de corazón todas sus atenciones, siempre he dicho que somos una gran familia y que todas y todos colaboramos para hacer un México mejor y más humano, siempre cerca de la gente.

Es algo que nunca se me olvidará en la vida; aprendimos que la naturaleza nos puede hacer pasar un mal rato en cualquier momento.

Agradecemos que Francisco nos haya compartido su experiencia, sabemos que no es fácil hablar de vivencias poco agradables, lo abrazamos a él y a todas aquellas personas que también sintieron y han tenido que hacer frente a los estragos de la naturaleza.

Silva Galvez Francisco

Si quieres compartirnos alguna vivencia, te invitamos a abrirte, te leemos y escuchamos con respeto, y esperamos que pronto todo vaya mejor.

4 comentarios

  1. María Gabriela Islas Salas

    Gracias Francisco por compartir tu experiencia, sin duda muchos nos identificaremos por alguna situación en particular.

    Ese 7 de septiembre me encontraba preparando mi cena cuando me avisaron del sonido de alarma sísmica, apagué la estufa y tomé las correas de mis perros para salir al patio lugar donde nos encontrábamos seis personas; era inevitable no sentir temor pero siempre trato de guardar la calma, observar mi entorno y hacer oración. En esta ocasión quienes demostraron estar más alterados eran dos de mis perros, el de mayor edad (11 años) y la más joven (2 años), bien dicen que los animales sienten que se aproxima algo que puede ser peligroso.

    En esta ocasión no se vieron las luces en el cielo de mi ciudad de México pero la duración de ese movimiento parecía muy largo. Otra cosa que vino a mi mente fueron las personas y animales que se vieron afectados en el Estado de México, Ecatepec y decidí pedir perdón por todo el daño y olvido que hacemos a nuestra madre Tierra; me pareció creer que la naturaleza nos gritaba “Ayúdame a Vivir”, ¡Trátame con Amor! porque este sismo llegó en el momento en que también estaba la lluvia.

    ¿Qué hace un papá y/o mamá cuando escucha a su Bebe llorar y observa que su cuerpecito se mueve al mismo tiempo?
    HACE UN ACTO DE AMOR, le toma en sus brazos, le besa, consuela y hace todo lo posible por tranquilizarlo.
    ¿Es posible que hagamos lo mismo con nuestra Tierra y todo lo que nos ofrece Vida?

  2. Sabina

    Francisco, le envio un abrazo cariñoso, a usted a su familia, a mi me sucede al reves durante los temblores, mis hijas demuestran tranquilidad y valor y yo muero de miedo!!

  3. Maritza Vázquez Gualito

    Francisco, muchas gracias por compartir tu experiencia te mando muchos saludos.

  4. María Dolores Rodríguez Tepezano

    Así es, Francisco, la mera verdad en los momentos difíciles es cuando se sabe quién es quién en términos de solidaridad. Saludos y me da gusto que usted y su familia se encuentren muy bien.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *