Derechos que no son para un robot

Seguramente has visto este mensaje en múltiples ocasiones: no soy un robot. En un mundo de algoritmos esta frase parece irónica, pero esconde una verdad incuestionable: somos seres humanos, con libertades y derechos fundamentales, universales e indivisibles.

La humanidad, después de tropezar con guerras y miserias, intentó en 1948, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, poner un espejo frente al mundo: estos derechos son universales, sin distinción de raza, género, religión o clase; sin embargo, como bien sabemos, entre la teoría y la práctica hay un abismo del tamaño del Sistema Solar.

Ahora bien, no es solo cuestión de grandes tratados internacionales, el verdadero reto de los Derechos Humanos (DDHH) está en los pequeños gestos cotidianos. Imagínate en el transporte público en hora pico y a tu alrededor un concierto de quejas y empujones. Antes de perder la paciencia, recuerda: todas las personas tienen derecho a la dignidad, la libertad y la libertad de expresión. Repítelo como un mantra. Respira profundo y sigue adelante, defender los derechos humanos no se limita a discursos solemnes, sino a decisiones diarias.

Al tener paciencia con un derechohabiente porque no entiende muy bien tu explicación; llamarlo por su nombre, no juzgarlo por su vestimenta, edad o su color de piel, respetas sus derechos humanos universales.

El 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, no es solo una efeméride más, es una invitación a reflexionar los desafíos que enfrentamos; es una llamada a no olvidar que las siglas DDHH significan mucho más que un estándar, son la brújula que apunta hacia la dignidad y el bienestar.

Algunos de los derechos humanos universales acorde a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, son:

  • Derecho a la vida
  • Derecho a la igualdad y prohibición de discriminación
  • Igualdad entre hombres y mujeres
  • Igualdad ante la Ley
  • Libertad de la persona (se prohíbe la esclavitud)
  • Derecho a la integridad y seguridad personal
  • Libertad de trabajo, profesión, industria o comercio
  • Libertad de expresión
  • Libertad de conciencia
  • Libertad de imprenta
  • Derecho a la libertad de tránsito y residencia
  • Libertad de asociación, reunión y manifestación
  • Libertad religiosa y de culto
  • Derecho de acceso a la justicia
  • Derecho de audiencia y debido proceso legal
  • Derecho a un nivel de vida adecuada
  • Derecho a la propiedad
  • Derecho a la vivienda
  • Entre muchos otros…

Pero, ¿cómo aterrizamos estos principios en nuestro día a día? Aquí entra el Humanismo Mexicano, nuestra interpretación de los derechos humanos, teñida de solidaridad, justicia social y valores colectivos, donde se promueven la dignidad, igualdad y libertad, así como el respeto y la justicia para todas las personas. Un concepto que, como bien canta Roberto Carlos, busca que tengamos un millón de amigos, pero no solo en sentido poético, sino como una red de apoyo que garantice bienestar y equidad.

En este sentido, el derecho a un nivel de vida adecuado nos recuerda que para conseguirlo, la vivienda tiene un papel preponderante, ya que no es solo un lugar para dormir; de acuerdo con el artículo 4 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos: toda familia tiene derecho a una vivienda adecuada.

Y aquí es donde el Infonavit se convierte en más que una institución, es un puente que conecta ideales con realidades para brindar a las personas espacios donde puedan crecer, soñar y convivir. Es poner en práctica ese Humanismo Mexicano que defiende el concepto de que una vida adecuada empieza con un techo seguro.

Cuando estés con una o un derechohabiente creando un proyecto que alcance a millones de personas, asistiendo a una feria de atención o actividades parecidas, recuerda siempre tomar en cuenta los derechos humanos de a quienes van dirigidas tus acciones.

2 comentarios

  1. Aida Araceli Monterde

    Los derechos humanos representan la máxima protección de la integridad humana.

  2. Marisol Robledo

    Excelente artículo de concientización, aterrizado al Instituto.

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