“¡Pero ponme atención!”. Cuando distraerse va más allá de la disciplina

Podríamos seguir con muchos mitos por el estilo alrededor de las causas, diagnóstico y tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), condición neurobiológica que afecta la capacidad de mantener la atención, controlar impulsos y, en muchos casos, regular la actividad motora. Estas características pueden presentar desafíos significativos en la vida diaria, sobre todo cuando hay demasiada desinformación y prejuicios que no permiten obtener un diagnóstico y tratamiento acertados. 

En México, 6% de la población de entre 6 y 16 años padece TDAH. Esto representa alrededor de 1 millón 600 mil niñas, niños y adolescentes, de los cuales solo 8% cuenta con un diagnóstico y tratamiento de acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica.

En este blog queremos informarte qué implica, síntomas, desafíos y tratamientos para el TDAH, pero no basta con darte conceptos, datos e información, qué te parece si mejor aprendemos de las personas que viven de cerca esta condición del neurodesarrollo, como Alicia Fernández, compañera Infonavit de las oficinas centrales, que nos cuenta cuáles fueron algunas señales que la llevaron a sospechar que su hijo Maximiliano podía tener TDAH y que no solo se trataba de un problema de conducta o una etapa de berrinches como mucha gente suele pensar:  

Los síntomas fueron más evidentes a partir de los 4 años, justo cuando estaba en preescolar; tuvimos que cambiarlo de escuela un par de veces. Nos dimos cuenta de que Max tenía dificultad para seguir las reglas e integrarse con otros niños, y debido al rechazo que sentía, a veces ejercía cierto nivel de agresividad con sus compañeros. Frecuentemente, desobedecía las instrucciones que le daba, a veces solo le hacía caso a su papá. Max jugaba hasta tarde y no se cansaba, en ocasiones teníamos que apagar todas las luces y aparatos eléctricos para que durmiera. Olvidaba sus juguetes en cualquier sitio y en su habitación imperaba el desorden. Solo comía ciertos alimentos, rechazaba todo lo nuevo y en ocasiones solo quería leche y pan.  

Al cumplir 5 años y debido a que lo querían sacar nuevamente de la escuela, y con todas estas señales a la vista, Alicia y su esposo decidieron llevarlo al médico para solicitar un diagnóstico. En el IMSS los canalizaron a neurología, donde después de hacerle estudios y un encefalograma confirmaron que Max tiene TDAH.  

Ahora viene otra parte muy interesante y que puede representar un gran reto tanto para padres y madres como para las personas con TDAH: aceptar el diagnóstico y seguir el tratamiento que las y los especialistas indiquen. Alicia nos comparte cómo fue dar ese gran paso: 

El médico recomendó iniciar el tratamiento con medicamento controlado, ya que de otro modo su avance sería lento; particularmente existía el riesgo de que su integración en la escuela fuera complicada y su futuro incierto como estudiante. 

En lo personal fue difícil tomar esa decisión, ya que en ese momento no contaba con información confiable, además de que el acceso a la medicación era limitado. Lo que hice fue investigar en grupos y con especialistas privados para aceptar y dar inicio al tratamiento. El cambio en el comportamiento de Max fue notable. Ahora puedo decir que realmente tomamos la mejor decisión al respecto. 

El caso de Alicia y su hijo Max no es el único en nuestra comunidad Infonavit, seguramente hay más, como Walter Aranda, que nos permite conocer cómo es su día a día con TDHA. 

Vivir con TDAH es un desafío. En el trabajo, con la familia y los amigos, a menudo me dicen: “organízate” o “concéntrate”. Esos comentarios solo generan más frustración. No ayuda que se fijen y comenten sobre las situaciones que recién estoy empezando a entender. Estoy trabajando para superar estos desafíos y he hecho un compromiso conmigo mismo para mejorar mi calidad de vida. 

El TDAH en el entorno laboral

Pueden darse dificultades en el trabajo diario, por eso es fundamental crear espacios inclusivos y comprensivos, donde las y los colegas entiendan esta condición y sepan que las personas con TDAH poseen habilidades únicas que enriquecen nuestro equipo. Creatividad, capacidad para resolver problemas de manera innovadora y energía inagotable son solo algunas de estas fortalezas. 

Leo información sobre el TDAH, veo videos en redes sociales y me río porque casi todo lo que muestran es lo que me ha pasado y lo que actualmente vivo. Sin embargo, ahora veo estos síntomas desde una perspectiva diferente, de manera positiva. Trato de concentrarme, detectar situaciones que requieren mi atención, hacer una pausa, respirar y luego actuar con concentración. 

Mostremos nuestro apoyo

Hay acciones sencillas que pueden hacer la diferencia en la vida de quienes tienen TDAH o acompañan a un familiar con esta condición: 

La educación es el primer paso para la empatía. Aprender sobre el TDAH nos permite entender mejor a quienes lo viven y así romper estigmas.
Escuchar y apoyar a nuestras compañeras y compañeros con TDAH o que viven con una persona con este trastorno crea un ambiente de trabajo más positivo e inclusivo.
Pequeños cambios, como ofrecer espacios tranquilos para trabajar o permitir horarios flexibles, pueden marcar una gran diferencia.
Reconocer que cada persona tiene su propio ritmo y estilo de trabajo nos ayuda a ser más tolerantes y comprensivos.
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¿El TDAH se puede curar? Al no ser una enfermedad, sino un trastorno del neurodesarrollo que tiene que ver con la manera en que el sistema nervioso y el cerebro organizan y procesan la información, los tratamientos están enfocados en controlar algunos de los síntomas.

Se acerca el 13 de julio, Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y es una oportunidad para conocer más de esta condición, identificar si tenemos un hijo, hija o familiar que podría padecer TDAH y aún no se ha diagnosticado o si tenemos colegas que requieren de nuestra empatía y solidaridad.

Una última recomendación de nuestros colegas:

Es fundamental que se informen del TDAH, busquen información confiable de fuentes especializadas, cuanto más comprendan la condición, mejor podrán brindar el apoyo necesario. Nuestros hijos son más que un diagnóstico, acepten y ámenlos tal como son, con sus fortalezas y desafíos, bríndenles un entorno seguro y de apoyo en el hogar. Alicia Fernández 

Mi primer consejo para quienes sospechan que tienen TDAH o que han sido recientemente diagnosticados es que sean conscientes de que pensar y actuar de manera diferente no es algo malo. No eviten buscar un diagnóstico por miedo. Es beneficioso saber que tenemos TDAH, porque nos permite aprender más sobre lo que estamos experimentando y, sobre todo, encontrar formas de manejarlo. Walter Aranda 

Cuéntanos, ¿tienes algún familiar o conoces a alguien con TDHA? ¿Cómo le brindas tu apoyo? 

Fuentes:

4 comentarios

  1. Kristy

    Excelente tema, cuando yo era niña, decían “es un niño inquieto, después les llamaron “hiperactivos” y ahora se conoce el TDHA, obvio hay niveles, todos los niños son inquietos, yo tengo un sobrino de 2 años , por medio de la tele sabe los colores y los números hasta el 20 en español e ingles, en el jardín apenas van a aprender hasta el 5, lo mandaron hacer estudios porque no pone mucha atención y la psicóloga dice que si sigue así, después van a tener que medicarlo, los doctores dices que esta bien, que es un niño que aprende rápido y se aburre, la mama aterrada, pero poco a poco empandose del tema, va entendiendo que es lo mejor para el. =)

  2. Gaby

    Mi hijo siempre ha tenido buenas calificaciones, solo que es muy inquieto, contar con un diagnóstico de TDAH y comenzar a tomar medicamentos, lo ha ayudado a que su tiempo de concentración sea mayor en la escuela.

  3. Oscar Cabrera Martínez

    Es muy importante tener un diagnóstico temprano, el problema es que generalmente los síntomas los podemos observar más claramente cuando el infante ya tiene más de 8 años y aún más difícil si el trastorno es sin hiperactividad, es también importante como padres entender el trastorno para poder ser empáticos con nuestros hijos en su desarrollo.

  4. Diego Madrigal

    De niño fuí diagnosticado al igual que la historia narrada, con un encefalograma, y a lo largo de mi vida fuera de las complicaciones que trae consigo el trastorno, no radica solamente en ser inquieto o solamente no concentrarse. El trastorno trae comorbilidades que se desarrollan a lo largo de la vida. Y esas deben ser atendidas de forma profesional.
    Siempre fuí de los primeros de mi generación en casi cada instancia de mi vida, pero me era imposible quedarme sentado en un salón de clases o mantenerme quieto o concentrado hasta lograr el hiperfoco, incluso aprender solamente por escuchar o ver como los maestros escribían en el pintarrón dentro de un salón de clases no era suficiente. Como padres, hijos, hermanos o parejas de personas con TDAH debemos entender que no es sencillo lidiar con ello, es necesario hacernos de métodos poco convencionales para poder aprender o estudiar, si les pido algo es que sean pacientes. El TDAH siempre tiene algún otro trastorno de por medio o si no a lo largo de tu vida se manifestará. Las personas que tenemos TDAH tenemos un montón de cosas positivas respecto a las personas sin el trastorno, solamente hay que saber canalizar, crear hábitos sanos y saber que la salud mental es fundamental en estos casos.

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