
Problemas en casa o en el trabajo, tristeza, sentir que hay falta de oportunidades, adicciones, problemas afectivos… en fin. La salud mental es más que la ausencia de trastornos mentales, es un proceso complejo en el que cada persona experimenta de una manera diferente la forma de vivir, con diversos grados de dificultad, tanto clínicos como sociales.
Actualmente la salud mental ha acaparado los reflectores debido a que está demostrado que su cuidado es tan importante como el de la salud física. No basta con verse bien exteriormente, es necesario prestarle atención a lo que sucede en nuestra mente, ya que en la actualidad, 450 millones de personas sufren problemas de salud mental, pero entre 35% y 50% no reciben tratamiento.

Es un componente fundamental del bienestar de una persona.
El cuidado de la mente es muy delicado, ya que no prestarle atención puede provocar trastornos que van desde el malestar emocional hasta la ansiedad, la depresión, el dolor o las conductas suicidas.
Cuando una persona tiene problemas de salud mental muchas veces se siente aislada, frustrada y abrumada. Todas las áreas de su vida se ven afectadas, incluso su forma de pensar, sentir y actuar.
Algunas señales para identificar que alguien puede padecer problemas son:
- Abandonar actividades o dejar de compartir momentos que solía disfrutar.
- Padecer trastornos del sueño, como insomnio.
- Tener energía muy por debajo de lo normal.
- Consumir drogas o alcohol en exceso.
- Sufrir cambios de humor repentinos que afectan sus relaciones.
Esquemas sociales o personales, roles y conductas, tanto individual como colectivamente, o combinados, pueden proteger o socavar la salud mental. Entonces, ¿qué puede afectarla?
- No hablar de tus sentimientos.
- Estar atrapada o atrapado en el modo supervivencia sin disfrutar lo que acontece en tu día a día.
- Vivir situaciones de violencia o abuso.
- Temer pedir ayuda por miedo a que te juzguen.
- La pérdida de un ser querido.
- Sentirse fuera de lugar dentro de un grupo social.
- Compararse con más personas y sus logros.
- Intentar ser alguien más para darle gusto a los demás.
- No priorizarte.
Según la OMS, una buena salud mental permite hacer frente al estrés cotidiano, trabajar productivamente y explotar el potencial, y así contribuir a la comunidad. Algunos de sus beneficios son:
- Buena salud y rápida recuperación de enfermedades físicas.
- Relaciones de calidad con las personas del entorno.
- Estado de bienestar constante y motivación para proyectos a futuro.
- Mejor calidad de vida.

Las redes sociales también han obtenido un papel relevante en el cuidado de la salud mental, por lo que se recomienda consumir contenido de valor, es decir, que aporten un granito de arena positivo a nuestras vidas y no solo a personas, grupos o marcas con las que constantemente nos comparemos.

O bien, acude a terapia psicológica, verás que los beneficios desde dentro repercutirán en diversos aspectos de tu vida diaria y te ayudarán a mostrar al mundo la mejor versión de ti. En el Instituto contamos con el servicio de atención psicológica, para solicitar una cita escribe al correo psicologia@infonavit.org.mx.
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental y este año la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH, por sus siglas en inglés) ha fijado como tema: “Que la salud mental de todos sea una prioridad mundial”.
¿Y cómo cuidas tu mente? Cuéntanos en los comentarios.
Israel Ocampo
Muchas gracias por la información, es de vital ayuda.
Comunicación Interna
Israel, nos da gusto que este tipo de información te sea de utilidad. Saludos.
María Dolores Rodríguez Tepezano
Muy valiosa la información que proporcionan, gracias por compartirla. Saludos!
Comunicación Interna
La intención de compartir este tipo de información es para que les resulte útil e interesante. María Dolores, que bueno que te gustó. Saludos.
Esthela D´janira Vázquez Díaz
¡Felicitaciones, me encanto el artículo!
Es de suma importancia cuidar de nuestra salud mental, ya que esta nos permite estar bien en todas las áreas de nuestra vida.
Saludos.
Comunicación Interna
Tienes razón Esthela, es importante cuidar nuestra salud mental, ya que es la que nos permite desarrollarnos en la vida diaria. Saludos
Isabel López
Muchas gracias, después de una pérdida se siente uno bastante impotente, con síntomas de depresión y tristeza, pero el trabajo en el Infonavit me ha ayudado a no pensar cosas que no debo y a dejar atrás esos sentimientos que la verdad nunca pensé sentir.
Comunicación Interna
Es muy cierto lo que comentas, Isabel, los duelos son procesos que a veces resultan difíciles, pero el mantenernos con la mente ocupada, nos ayuda a sobrellevarlos. Gracias por compartirnos tu sentir.
Saludos.
Mario
Muchas gracias por la información y por recordarnos que la salud mental es una parte vital para alcanzar grados satisfactorios de bienestar en la vida.
Comunicación Interna
Qué bueno que te fue de utilidad la información Mario. Tienes razón, la salud mental nos permite tener una mejor calidad de vida.
Saludos.
Rodolfo Ortiz Hidalgo.
¿Qué tanto afecta la SALUD MENTAL de un trabajador de cualquier empresa, el Acoso Laboral o Mobbing sistemáticamente recibido?
Platicando hace poco, con una persona, sobre vivencias, y también, casos públicamente conocidos en el mundo, acerca de la pandemia del Covid-19, comprendimos mejor la realidad del CAMBIO, pregonado en el mundo de las noticias, habido en todas las sociedades, en muchísimos aspectos, algunos cambios, para siempre.
La Salud Mental, durante y como consecuencia de la pandemia; es un tema muy importante.
Sin embargo, la vida sigue su curso. Y así como en la selva, un felino 100% carnívoro, no pude comer vegetales, un auténtico Acosador, además gandalla y/o corrupto, en un ambiente laboral de cualquier empresa y nivel, tampoco él cambia.
Algunos acosadores ya son así.
Importándoles un bledo, si con su deleznable actitud, causa daños a la salud mental a su compañero (a) o compañeros (as) de trabajo, daños tanto en el medio laboral, como en el medio familiar por consecuencia.
El feroz Acoso Laboral ó Mobbing; es un tema que algunas empresas aún lo minimizan, con tal de seguir funesta e hipnóticamente el lema: “No importan los medios sino los fines”
Es más importante producir, que atender asuntos de “pleitos personales”. Así, irresponsablemente, queda definido el Mobbing o Acoso Laboral, por quienes deberían de intervenir con humana atención y justicia al denunciante.
Acoso laboral, que con alguna frecuencia surge en contra del colaborador, a causa de “irregularidades” o actos de corrupción, conocidas y verbalmente denunciadas por el (la) acosado (a).
Ya que, frecuentemente el empleado o colaborador, teme denunciar vía escrito, por temor a perder su trabajo, con el cual le ayuda a sostener a su familia. Temor debido a que el feroz acosador está demasiado “apalancado” y protegido.
¿Quién frena al colaborador, que sufre Hostigamiento Laboral, mejor conocido como Mobbing.?
Respuesta: Generalmente el Miedo.
Miedo a perder su trabajo, y a ser exhibido o ventilado en la empresa o institución, en el caso de resultar, como siempre, impune el feroz acosador.
Miedo del colaborador, a quedar en el desamparo, él y su familia.
Cabe aquí recordar algunas frases de reflexión sobre este tema:
• “Quien controla el miedo de la gente, se convierte en el amo de sus almas”.- Nicolás Maquiavelo.
• “El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”.- Simone Beauvoir
• Nada es más despreciable que el respeto basado en el miedo”.- Albert Camus.
Por otro lado, es públicamente conocido un caso actual, de feroz Acoso Laboral ó Mobbing, por denuncias de irregularidades ó corrupción; conforme a noticias recientes en muchos medios informativos al público en general.
Un caso real y actual, en una conocida Institución Nacional de Salud, que brinda servicio a sus derechohabientes.
Hubo necesidad de la intervención del Sr. presidente de la República, indicando en una de las “Mañaneras” (27 de septiembre de 2022), la colaboración permanente de las autoridades de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) en la respectiva administración de la Institución, en atención a denuncias por el conocimiento de casos de corrupción, impunidad, y cinismo, y del abierto Acoso Laboral en contra de muchos colaboradores de la Institución, quienes han denunciado “irregularidades”. Mobbing que ha subido al nivel de, amenazas fuertes.
Así de grave resulta el daño en la SALUD MENTAL, de víctimas de Mobbing, o feroz Acoso Laboral, realidad tangible también, con mucha frecuencia, en algunas “empresas”; el Acoso Laboral; que generalmente disfrazan los altos funcionarios, de “Pleito Personal”.
Finalmente, dentro del tema daños a la SALUD MENTAL, como consecuencia por casos de Acoso laboral, en el medio laboral. Inserto un tema sobre Mobbing, artículo de una revista española.
El acoso laboral no tiene nacionalidad.
Por su importancia, comparto:
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MOBBING o acoso psicológico.
La ayuda de los compañeros, junto con un psicólogo y un abogado formados, son fundamentales para defenderse de los ataques
El “mobbing” o acoso psicológico en el trabajo es un problema latente en nuestra sociedad, aunque desconocido todavía para la inmensa mayoría. Se estima que más de 2 millones de personas sufren psicoterror- término que utilizan los expertos para definir sus efectos- por culpa de sus hostigadores en administraciones y empresas españolas. Para resolverlo, además de la ayuda de los compañeros, es fundamental dar con un psicólogo y un abogado especializados en este problema. Si no están formados en el tratamiento de mobbing, la situación del paciente puede incluso empeorar.
Acoso
Los hostigadores, ya sean jefes o compañeros, emplean diversas tácticas para aniquilar a la persona. Por ejemplo, les mandan trabajos que deben entregar en un plazo de tiempo imposible de cumplir, les asignan tareas de menor calificación profesional que la que les corresponde, les insultan y gritan delante de terceros, ignoran su presencia aunque estén enfrente, manipulan a los demás con datos falsos, les ponen trampas, les evalúan de forma negativa… El listado es inacabable.
“El acosador actúa por celos profesionales. La víctima se ha vuelto amenazante por su comportamiento laboral extraordinario o porque conoce irregularidades, por ello procura la destrucción psicológica del trabajador”, explica Iñaki Piñuel, psicólogo y escritor de libros como “Mobbing, manual de autoayuda” (Aguilar) o “Cómo sobrevivir al acoso psicológico en el trabajo” (Sal Terrae).
Es habitual que las personas acosadas sean brillantes en su trabajo y también que los atacantes no tengan ningún trastorno ni enfermedad. Además, el apoyo de los compañeros es nulo en estos casos o son inconscientemente partícipes en el psicoterror.
Según el Barómetro Cisneros, cinco de cada seis personas que sufren acoso laboral son abandonados por sus colaboradores y la organización no hace nada por evitar los ataques.
“Quien acosa busca el perjuicio de la víctima para que falle, dude, trabaje mal o cometa errores. Entonces, las personas comienzan a ser sombras de lo que fueron. En ese momento, el efecto del acoso es presentado por el hostigador como el hecho que confirma todo lo que afirmaba sobre esa persona”, describe Piñuel. Según datos que maneja este psicólogo, las mujeres tardan una media de 15 meses en percatarse de que están siendo víctimas de acoso moral, mientras que los hombres necesitan 18 meses.
José Luis González de Rivera y Revuelta, Catedrático en Psiquiatría y autor de “El maltrato psicológico” (Espasa-Calpe), afirma que se produce un cambio en la personalidad y manera de entender la vida de los afectados, porque observan que su esfuerzo para progresar en el trabajo no sirve, lo que provoca desilusión, desencanto, la pérdida de la capacidad de superación y una crisis psicológica profunda. “El acoso sigue un curso crónico: primero provoca incapacidad psicológica, con cuadros depresivos, después cambios de carácter. La persona se vuelve hostil y desconfiada, lo que en lenguaje popular se llamaría amargada”.
En los dos últimos años, informa Piñuel, las víctimas de acoso moral han tenido 20 días de baja laboral más que las personas que no lo han sufrido. Incluso se dan casos en los que el afectado enferma físicamente y contrae cardiopatías, infartos o fibromialgias debido a los momentos de extrema tensión que vive. “Es una situación de imposibles: deben trabajar para ganarse la vida pero cuando lo hacen, les machacan y les hacen vivir como en un campo de concentración”, expresa Piñuel.
Una víctima
“No sabes por qué te ocurre y no le das crédito a lo que pasa. Te preguntas, ¿por qué me está sucediendo esto a mí? ¿Qué he hecho?”, revive María, nombre ficticio de una víctima real de acoso psicológico en el trabajo. Este problema es más habitual de lo que se pudiera pensar. Las cifras indican que, hoy mismo, más de dos millones de personas en España sufren el mismo ritual de destrucción personal que padeció María. “El trabajador no asume que le acosan, porque cree que esa situación es una parte connatural de su empleo”, afirma Dolores Hernández, representante de uno de los mayores organismos sindicales españoles.
María es médico. Todo comenzó cuando la trasladaron de hospital. Su nuevo jefe decidió relegarla. Primero la tuvo sin puesto de trabajo, luego le dio uno, pero aparente porque no tenía ningún papel. Ese fue el inicio de un periodo de humillaciones, en el que fueron participando también algunos de sus propios compañeros, mientras la mayoría se inhibía de defenderla. Narra que manipulaban en su contra con comentarios falsos por la espalda y el personal de enfermería le comenzó a faltar el respeto y a no informarle de lo que debían. No tenía asignado siquiera un ordenador.
“No te agreden físicamente, ni te insultan en persona delante de otros, pero te intentan destruir como persona”.
“Sentía extrañeza -recuerda-, no entendía que me dejaran sin trabajo, aislada, sin participar y comiendo aparte de mis compañeros”. Del estupor pasó al insomnio y, después, al cansancio extremo. Le abrieron expediente disciplinario y la dejaron sin empleo y sueldo. “Continuamente intentaba demostrar que era una persona normal y que no pretendía hacer daño a nadie”. Durante todo un año, estuvo soportando sola el acoso. “Una sabe que no ha hecho nada, pero al final acaba pensando que algo malo habrá hecho”, confiesa.
Hoy, María está en excedencia y bajo tratamiento de estrés postraumático. El jefe hostigador emprendió acciones legales contra ella como una táctica más de acoso, y el asunto se encuentra en los tribunales. La representante sindical aconseja acudir lo antes posible a un abogado y a un psicólogo expertos en mobbing para que los afectados puedan entender lo que les está ocurriendo; también recomienda no dejar el empleo.
Tratamiento
Lo peor que puede hacer un acosado es dejar pasar el tiempo sin hacer nada. Los expertos afirman que es una situación que se agrava. Cuanto más tiempo se sufre, más daño se produce. En la mayoría de las ocasiones, indica José Luis González de Rivera, la persona necesita de un tratamiento para recuperar su autoestima. Incluso cambiando de trabajo, de jefe o de compañeros de trabajo, la víctima del mobbing necesitará un tiempo para recuperar su autoestima. Los cuadros clínicos más habituales son depresión, ansiedad o síndrome de estrés postraumático, la secuela más grave que tarda entre tres y cinco años en curarse con tratamiento.
Es determinante encontrar un médico que esté preparado para afrontar casos de acoso moral. Conviene dirigirse a los colegios de psicólogos locales en busca de un profesional formado en este tipo de situaciones. “Los que no lo están cargan sobre el afectado un proceso de victimización secundaria que agrava todavía más el problema.
Diagnostican, por ejemplo, falta de habilidades sociales de la persona acosada, cuando lo que realmente ocurre es que está siendo objeto de una agresión. También le llegan a recetar medicamentos, cuando lo que necesita es apoyo para salir de la situación. Estos tratamientos son de corte culpabilizador y, por no entender bien la auténtica dimensión de la situación, perjudican en vez de ayudar”, revela Iñaki Piñuel.
El camino correcto, según los especialistas, es que la persona sea la protagonista de su recuperación. “No es un enfermo, sino un trabajador dañado, un “no paciente”, que necesita apoyo y entrenamiento”, señala Piñuel. “Debe entender el daño que se ha producido, pero sin exagerarlo”, apunta González de Rivera. A grandes rasgos, estos son los puntos claves que debe tener en cuenta la víctima de acoso moral para escapar de esa situación, según informan Piñuel y González de Rivera:
Se debe tener conciencia de la inocencia. El acoso es indebido. No hay nadie que merezca el hostigamiento en el trabajo. La víctima llega a creer que se lo merece y sus compañeros piensan que si es hostigada habrá motivos para ello. Incluso la pareja llega a dudar de la víctima.
Se debe realizar una desactivación emocional para mantener la calma necesaria y transmitir la convicción de la propia inocencia. Es importante no autoagredirse, no pelearse con las personas queridas sólo para desahogarse. Tampoco se deben cometer errores, conviene ser muy cauto ya que, involuntariamente, se pueden dar argumentos a los hostigadores.
Hacer frente a quienes le acosan. No quedarse pasivo frente al ataque, pero tampoco encararse agresivamente, pues se compromete su posición, porque los hostigadores proyectan que la persona no vale, que está fuera de sí, etc. Lo adecuado, dicen los expertos, es mantener una postura asertiva, auto afirmativa y una respuesta organizada. Por ejemplo, pedir cuentas de cuál es la razón por la que se le está maltratando. También utilizar los recursos defensivos que prevea la organización de la empresa o acciones legales.
Justicia
Hasta el momento, los hostigadores logran sus propósitos. Dice Piñuel que en el 80% de los casos, la única salida que tiene la víctima es cambiar de trabajo, cesar o pedir el traslado. Según el Barómetro Cisneros, 2.300,000 personas sufren este psicoterror en España, es decir el 15% de la población activa ocupada. “Muchas bajas voluntarias son producto del acoso moral, aunque no se diga. Abandonan el puesto diciendo que no han sido capaces, que les han dado demasiada responsabilidad, pero lo que ha ocurrido es que les han hostigado”, sostiene Dolores Hernández, como representante sindical. Y resulta muy preocupante saber que, según Piñuel, 5 de cada 100 afectados en nuestro país –115,000 personas- piensan a diario en suicidarse para escaparse de esa situación.
Según Hernández, el acoso moral se da con más frecuencia en el sector servicios y en la función pública, y también se encuentra muy vinculado a las situaciones de precariedad laboral, rotaciones de puestos de trabajo y falta de formación de los trabajadores. Recomienda que si existe acoso, el primer paso sea ponerse en contacto con los representantes de los trabajadores, el comité de salud o los delegados de prevención. “También conviene hacer intervenir a la inspección de trabajo de inmediato, ya que el mobbing incluye también riesgos psicosociales”.
El siguiente paso es iniciar acciones legales, aunque el acoso psicológico sea difícil de probar. Es fundamental elegir un buen abogado, preparado para tratar estos asuntos. Como sucede con el tema de la inmigración en todo el país, actualmente algunos colegios profesionales emiten certificados de formación específica. Esto sucede en el País Vasco, Jaén y Granada. Se está estudiando implantarlo en Sevilla y en Asturias, y es previsible que la idea se expanda pronto por toda España.
Cristóbal Molina Navarrete, Catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad de Jaén, revela que los procesos judiciales iniciados no sobrepasan el 3% de los casos que suceden, aunque el número haya crecido bastante. “Muchas personas no lo denuncian, pero sí lo plantean a través de acuerdos con las empresas. Por ejemplo, una persona con 20 años de trabajo se va con una indemnización superior a la que le correspondería con el fin de intentar paliar los perjuicios sufridos. En otros casos, la inspección de trabajo actúa en labores de mediación y arbitraje, antes de que el asunto llegue a los tribunales”, explica.
De momento, existen pocas sentencias. Molina Navarrete dirige un observatorio sobre riesgos psicosociales, que publicará sus resultados definitivos en el último trimestre del año. Adelanta que tras el análisis de 200 sentencias de Cataluña, País Vasco y Galicia, las tres comunidades autónomas cuyos tribunales han dictado mayor número -lo que no quiere decir que se produzcan más casos de acoso-, el 55 % son favorables a la víctima.
El consejo de Molina Navarrete es que los profesionales que estén convencidos de que han sufrido un acoso fuerte y grave durante un tiempo prolongado acudan a la tutela penal. A través de ellas se pueden imponer penas de cárcel, aunque por eso mismo las pruebas deben ser muy sólidas. Si el psicoterror no ha sido intenso, no ha durado más de 2 ó 3 años, los funcionarios pueden acudir a la vía contencioso-administrativa, y los que trabajen en empresas iniciar procesos laborales. En ambos casos se puede recurrir a la vía civil. “Pienso que la sanción ejemplarizante debe estar en las indemnizaciones, no en la cárcel. Y, además, de una cuantía que resulte no sólo reparadora sino disuasoria. Lo que le duele al acosador o a la empresa que deja acosar es que le toquen el bolsillo, no una pena de cárcel que no va a cumplir”, reflexiona el Catedrático de Derecho del Trabajo.
La discusión entre los juristas y conocedores del tema versa sobre si se debe cambiar la legislación para recoger el delito de acoso psicológico en el trabajo. Hernández opina que sí y que es conveniente considerarlo como enfermedad profesional para que el trabajador tenga más cobertura y se pueda prevenir mejor. En cambio, Molina Navarrete considera que se debe combatir la convicción de que no se puede hacer nada sin una normativa específica. “Se dice que hay indefensión, pero no es cierto, porque nuestro ordenamiento jurídico hoy por hoy sí puede abordar el acoso moral. También sucede que nadie se ha tomado el asunto en serio, ni jueces, ni fiscales ni abogados, que, por otra parte, no se han formado en este tema. Se lavan las manos esperando que llegue una actitud mesiánica que lo resuelva”, denuncia Molina.
El acoso moral se puede contemplar en el delito de trato vejatorio, donde está bien descrito, y tiene penas de 6 meses a 3 años de cárcel, explica el Catedrático de Derecho del Trabajo. Hace un año, dice el experto en leyes, se planteó en el Parlamento una Ley Orgánica para modificar el Código Penal, en la que se proponía una pena de doce fines de semanas de arresto para los hostigadores, en línea con otros países donde está regulado específicamente el acoso moral. “Si se llegara a aprobar sin modificaciones, sería un desastre equivalente a incentivar el acoso, porque con la actual legislación las penas para los atacantes serían mayores”, enfatiza.
Fuente: Benyi Arregocés Carrere para Consumer.es |
Comunicación Interna
Rodolfo, gracias por la información que nos compartes.
Saludos.
Alejandra Villegas
La salud mental un tema muy importante, me es grato darme cuenta que el instituto está prestando atención.
Soy una persona que padece ansiedad y depresión diagnosticada y aunque no lo parezca cada día es una lucha constante con el miedo, los dolores físicos (por ser psicosomática), los cambios de humor y las manifestaciones físicas propias de mi problema como palpitaciones, temblores, náuseas, etc.
Me gustaría que en la mente de las personas y eso incluye a altos mandos de Infonavit se tenga una conciencia real de lo que pasa, se tenga una verdadera inclusión, no solo para la comunidad LGBT o las personas que presentan alguna discapacidad física sino para todos, por ejemplo personas con trastorno de ansiedad social o fotofobia que también es mi caso.
He escuchado otras personas con distintos padecimientos que no se atreven a hablar por temor a ser juzgados como chiflados o personas que buscan un trato especial o beneficios, que trabajan día a día con muchos obstáculos.
A mí en lo personal mi área de trabajo me ha entendido y han tomado acciones para que yo este tranquila y pueda desarrollarme mejor por lo cual estoy sumamente agradecida y es un poco más fácil seguir, me encantaría que a todos los que padecen algo similar los pudieran considerar también.
Espero que este interés que se tiene en la salud mental se desarrolle y crezca para lograr que todos nos sintamos incluidos.
Gracias INFONAVIT
Comunicación Interna
Gracias por compartirnos tu experiencia, Alejandra, nos alegra que estos espacios sirvan de reflexión y sobre todo de visibilización de temas que son importantes para la comunidad Infonavit.
Saludos.
Ayrton Zertuche
No hay emociones malas, ni emociones buenas… existen emociones y simplemente eso son, y estas serán siempre validas e importantes. No debe dar miedo externar la tristeza, el enojo, el miedo, la melancolía etc. no se debe mostrar siempre una sonrisa para que el entorno te note como alguien “bien”, “alguien fuerte”, porque llorar no siempre significa debilidad, aveces demuestra que somos seres compresivos y que estamos aceptando algo que nos rompe desde dentro…
Aunado a lo anterior, soltar lo que sentimos es sencillo, lo complicado es saber con quien hacerlo y saber si nos comprenderá en nuestros momentos de angustia o mas obscuros.
A veces da miedo externar el sentir por esa incertidumbre de si el otro entenderá lo que decimos, si nos tendrá empatía, si podrá abrazarnos con la compresión de un discurso lleno de emociones dispersas, si podremos dejarnos caer en la escucha del otro y sentir que fluimos, desbocando todo ese pesar que cargamos sin sentirnos juzgados, etiquetados o vistos como “raros” de una forma peyorativa; dicen que hablando encuentras la cura pero es difícil hablar si el otro no está abierto a la escucha, si aquel al que elegimos para abrirnos nos dará comprensión y contención, miedo si el otro será un confidente leal, pero sobre todo si aquel nos cuidara al mostrarnos vulnerables, porque el mostrar aquello que nos consume es dar un salto de fe y apostar por encontrar la cura a un desahogo que nos haga diminuir o desaparecer aquel síntoma de angustia o pesar…
Comunicación Interna
Gracias por la reflexión que compartes, Ayrton, tienes razón al decir que no hay emociones buenas o malas, simplemente son.
Qué bueno sería encontrar espacios seguros en donde nos podamos expresar libremente sin sentirnos vulnerables.
Saludos.
Rodolfo Ortiz Hidalgo.
Con relación a los valiosos y sensibles comentarios de Alejandra Villegas y Ayrton Zertuche; en mi opinión, la institución debe de brindarle el amparo de atención respetuosa y especializada, a cada trabajador o colaborador quien lo solicite.
Y en base al derecho, garantizarles precisamente, el:
Derecho a la Privacidad del colaborador.
Recuérdese, que el capital humano es lo mas valiosos de una empresa, con sentido humano.
Y no se puede o debe hablar un doble lenguaje.
Los derechos humanos del trabajador deben ser amparados siempre.
Con referencia al correo psicologia@infonavit.org.mx proporcionado.
En mi opinión, pudiera haber, por necesidad, una relación directa de enlace y colaboración, del caso atendido, entre las áreas de:
psicologia@infonavit.org.mx, ombudsperson@infonavit.org.mx, y Contraloría General del INFONAVIT (dmartinez@infonavit.org.mx)
Recuérdese: el capital humano es lo más valioso de una empresa, con sentido humano. Y el derecho a la privacidad debe de estar plenamente garantizado, y siempre pregonado, quizás éste último a través del área de Comunicación Interna.
Vivimos la 4ª. Transformación.
La gris, conservadora y en ocasiones represiva época administrativa del INFONAVIT, ya es historia
Mi comentario.
Edna Irene González Rubio Acosta
Muy interesante artículo, información muy valiosa, en ocasiones vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio y podemos “creer que todo está bien”. Es importante saber que no estamos solos, nadie lo está y también que tenemos herramientas a nuestro alrededor, no sabía de la existencia del correo psicologia@infonavit.org.mx ahora lo tendré muy en cuenta. Gracias.