Quieto. Siento como el viento recorre mi cuerpo. Siento esa palabra que escucho frecuentemente: no. Siento el rechazo, respiro esa mala decisión. Veo mis deseos desvanecerse, las lágrimas brotan sin razón, las siento en mi corazón desgajado. El negro se apodera de mis ojos, mi visión se va acortando poco a poco hasta llegar al negro absoluto.
Solo. He sentido soledad al estar entre la gente. La soledad de no sentirme, la nada existe. En ese punto me encuentro en la nada. El pecho se me cierra, duele. Al tocarlo, percibo la opresión y la tristeza que lo rodea. Eso es lo que siento con cada palpitar de este jodido corazón.
Perdido. El humo del cigarro impregna la habitación y mi cuerpo, el vaho que desprende se aleja de mí, porque no me soporta.
Desesperado, pienso en todo lo que debo, ¿tanto he gastado? Pero mis deudas no son solo monetarias, debo cariño, debo una palabra, debo una mirada, le debo mucho a esa persona que voy a defraudar otra vez. Muerto valgo más que vivo.
La existencia me duele, lástima, porque también daña a los demás. Pero sonrío gracias a esa máscara que todos vieron por mucho tiempo, pero que ya no es de mi talla. Mi mente avanza a toda velocidad mientras me acuesto en la cama. El cuarto está lleno de voces que no dicen nada, solo están ahí acompañando mis lágrimas que no paran.
Me planto, siento enormes los pies, no entiendo cómo llegué a pensar que algún día los podría llenar, me quedaron grandes.
Respiro miedo, dolor, impaciencia. Recuerdo los mejores momentos de mi vida en dos segundos y en un largo aliento de minutos. Veo mi cuerpo vaciándose, me destilo gota a gota. Mi voz ya no es mía, mi fuerza se desliza por una pendiente.
Estas palabras son una aproximación de lo que puede sentir una persona que está pasando por momentos difíciles en su vida, los cuales pueden llevarla a tomar medidas extremas, como el suicidio.
Por ello, es importante poner sobre la mesa el tema y conocer un poco qué hay detrás de este problema que a diario afecta a miles de personas en el mundo, así como la lucha contra la desinformación, estigmas y mitos en torno a él y la falta de empatía por las personas que lo consideraron como una opción.
En un suicidio intervienen varios factores: psicológicos, ambientales, sociales y biológicos; las causas pueden ser múltiples y diversas, ya que dependerán del entorno y vivencias de la persona afectada.
Sin embargo, existen alertas en la conducta de las personas que pueden ser de gran ayuda para prevenir escenarios trágicos. Revisa la siguiente lista, abre tu mente y mantente alerta, identificar oportunamente algunas puede cambiar el rumbo de una o varias personas.
- Amenazas de hacerse daño o quitarse la vida.
- Falta de esperanza.
- Comprar un arma o acumular pastillas.
- Enfocarse en la muerte.
- Contar con un plan para intento de suicidio.
- Hacerse daño (cortadas inexplicables, quemaduras, accidentes frecuentes, etcétera).
- Tener comportamientos y estados de ánimo asociados con la depresión.
- Cambios de personalidad o de humor drásticos.
- Descuido en la apariencia o higiene.
- Tener conductas arriesgadas o autodestructivas extremas.
- Regalar pertenencias significativas.
- Despedirse de amigos y seres queridos.
- Perder interés en actividades que antes le agradaban.
- Cambio de patrones de alimentación y sueño.
- Aislarse cada vez más.
Como verás, todas y todos podemos apoyar en la concientización del tema, sin juzgar e informándonos acerca de las causas y condiciones que puede presentar una persona, y combatiendo el estigma que asocia al suicidio con un problema de salud mental.
Si conoces a alguien que muestre estas señales o incluso si las identificaste en ti, consulta a un especialista o comunícate a la Línea de la Vida (tel.: 800 911 2000), un mecanismo de ayuda y apoyo emocional dedicado a personas que padecen depresión. No estás solo o sola en esto.
*Organización Mundial de la Salud.
Toma en cuenta que nuestras acciones son significativas en nuestras comunidades, la empatía puede ayudar a detener la única causa de muerte 100% prevenible: el suicidio. ¿Qué piensas del tema?
Alejandra Villegas
Creo que debemos estar cada día mas informados respecto a estos temas que muchas veces tienen que ver con enfermedades mentales como la depresión y considerar de verdad ser mas empáticos ya que muchas personas no hacen visible sus problemas por que se han dado casos en que se les etiqueta como chiflados, flojos, gente que busca llamar la atención o que quiere un trato especial.
Empatía, verdadera empatía por favor.
Si se llega a dar un caso en que una persona se abra contigo, las frases “échale ganas” o “lo tienes todo ¿por que estas triste?” lejos de beneficiar afecta, mejor considera escucharlo, ayúdalo a que de desahogue y pregunta de que manera puedes ayudar.
Betty
Coincido contigo, es necesario escuchar, escuchar y escuchar, mostrar interés, preguntar efectivamente en qué puedes ayudar. La solidaridad y el amor son necesarios para realmente dar la mano.
Comunicación Interna
Totalmente de acuerdo, Alejandra. La empatía es un elemento clave para comenzar a actuar en casos con problemas como este.
Gracias por tu comentario.
Esther Lagunas
Escuchar a las personas es un acto vital, porque escuchar es como brindar la posibilidad de ver su imagen en un espejo, en el que nos convertimos cuando damos tiempo al otro, a quien necesita sentirse a traves de nosotros, en ese acto de interacción que es hablar_escuchar, realizamos una condición esencialmente humana.
…..”Los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia” Octavio Paz.
Comunicación Interna
Así es, muchas veces podemos ayudar con tan solo escuchar. Gracias por leernos, Esther.
María Dolores Rodríguez Tepezano
Hola buenos días. ¡Qué gusto leer este artículo! en verdad valioso. Los datos que en INEGI menciona son muy duros, muchos suicidios son mucha personas que no encontraron luz para encontrar el sentido de su vida, qué tiste… De mi parte quiero comentar que aquí mismo en el Instituto he recibido muchos cursos o conferencias que contribuyen para que en caso de desestabilización emocional podamos tener herramientas tanto para identificar momentos depresivos como para contrarrestarlos. Por ejemplo recuerdo que en uno de ellos nos dijeron que cuando convivamos con una persona a la que identifiquemos con tristeza o “agüite” platiquemos con ella con tranquilidad para transmitirle tranquilidad, que le demos aliento y que la dejemos platicar tranquilamente con nosotros de lo que ella quiera, decirle que hay vida y entonces hay esperanza, también hay futuro y si algo no salió bien, pues ya veremos como lo corregimos. Por otro lado si la depresión o la tristeza es en nosotros mismos, entonces debemos primero hacernos reaccionar y meternos en la mente que debemos comer sano porque eso nos ayuda a pensar mejor, después no dejar de querer a los demás a nuestros amigos, vecinos, los primos, los hijos, los amigos, el perro, y hasta el gato. Debemos buscar algo que hacer no estar inútil, pintar, correr, caminar y ver películas por ejemplo; y por último recordar que mientras hay vida hay esperanza. Todo esto creo que no lo dieron en el curso “El sentido de la Vida” pero, no estoy segura si fue ahí. Saludos y mucho ánimo para todas y todos!
Mario Gr.
Buenas tardes,
Desde mi punto de vista la escucha activa es un acto de reconocimiento tanto como para la persona que se tiene enfrente, como para uno mismo. He leído en algunos artículos científicos que el simple hecho de pasar demasiado tiempo solo (por ejemplo en alguna enfermedad, exilio, arresto) puede llevar a una persona a desarrollar conductas psicóticas con brotes de desconocimiento de la realidad. Todo parte de que, al estar solo, se empieza a dudar de la propia existencia.
Como seres humanos tenemos una necesidad innata al reconocimiento de los demás (como tribu históricamente social), necesitamos sentirnos reconocidos. Gracias por compartirnos estos datos importantes para la detección de alteraciones emocionales.
Saludos,
Comunicación Interna
Sin duda la convivencia es de gran ayuda para externar nuestros pensamientos, ideas y problemas. Gracias por tu comentario, Mario.
Corchado Fabila José Martín
Tal vez sin darnos cuenta somos parte de la afectación, esto me pasa actualmente, una de mis hijas nos dijo desesperada, llorando, fuera de si…que ya no quería vivir y quería quitarse la vida… se que es duro pero lo comparto ya que pueden vivirlo… hemos tenido más tacto de lo que le comentamos, mucho amor, afecto, consideración y sobre todo apoyo profesional psicológico…ha mejorado pero parece que avanza y luego decae…no dejar de estar al tanto de ella, darle confianza y mucho amor… la moraleja es: saber lo que afectarán nuestras palabras desde pequeños y siempre, respetar, querer, amar, NO SER IRACUNDOS ya que siempre quién la paga son nuestros seres queridos… ella y mis otros dos hijos valen toda mi vida y daría la misma sin pensarlo para que estén bien… espero que esto pase ya que ha sido una pesadilla, hacer el mejor esfuerzo, estar al tanto de sus acciones, emociones y motivos… es cuando te vuelves más que padre, un aliado del humanismo y del amor a tus hijos… me gusta su sonrisa y espero verla siempre y quede en un recuerdo sus pensamientos que afectan a la familia, amigos, pero más importante … a su vida… gracias por estos espacios.
Comunicación Interna
Gracias por abrirnos tu corazón, José; es muy valioso que en este espacio podamos compartir nuestras experiencias e ideas para que sirvan de aprendizaje a más personas.