La carta que esperamos

Preparamos una entrada muy especial, un regalo para quienes son papás, pues no hay mejor forma de celebrarlos en su día que reconociendo los enormes avances que ha tenido la paternidad, desde ganar derechos —sí, derechos—, como gozar de días de paternidad para tener un mayor involucramiento con sus bebés en los primeros días de nacidos, hasta vivir en toda su expresión la paridad en el núcleo familiar. 

Una carta inspirada en las palabras de nuestro compañero Eduardo Bretón, de la Subdirección General de Comunicación, quien nos comparte todo el cariño y amor que tiene por su hija e hijo, y al mismo tiempo brinda la posibilidad de romper con la barrera que muchos padres tienen al ponerle voz y palabras a sus sentimientos. 

Querido hijo, querida hija:

Cuando llegaste sentí una gran emoción, también tu mamá y toda la familia. Al conocerte fue algo único. Jamás lo imaginé, pero sentí un amor y un cariño muy particular desde que estabas en el vientre de mamá. 

Pero cuando naciste, el sentimiento se desbordó y alcanzó fronteras que ni siquiera sabía que existían. Curiosamente, son expresiones que escuchas todo el tiempo, pero cuando sientes algo que no se puede dimensionar, las palabras quedan cortas; es algo único que nunca había sentido en mi vida. 

Al verte por primera vez y al cargarte fue un sentimiento único de mucha responsabilidad, pero, sobre todo, de amor. Es el momento más especial que he tenido en la vida, que solamente se resume cuando te tengo en mis brazos. 

Dicen que el corazón se parte en dos cuando la familia crece, pero no es cierto, crece al doble, el corazón puede crecer y ustedes son la muestra, porque son un amor muy peculiar. 

Mi paternidad detonó cuando me sentí responsable, desde en el primer y hasta ahora cuando me involucro en todas sus actividades, cuando estoy pendiente de todo lo que necesitan. Y aunque soy consciente de mis limitaciones en cosas tan simples como aprender a peinarlos, sé que todos los días voy aprendiendo junto con ustedes, además, mamá nos apoya en todo momento. 

Desde que me convertí en papá me di cuenta del verdadero significado de la palabra amor: es estar presente, es ofrecerles una familia con valores, guiarlos en su educación y crecimiento, darles tranquilidad, ratos inmensos de alegría y, sobre todo, que vivan en un ambiente sano y seguro.

Recuerdo mi primer Día del Padre y la celebración que recibí en la escuela, sentí un orgullo indescriptible, o cuando recibí los primeros dibujos hechos por sus manitas y con dedicatoria especial para mí, aún los conservo. 

Lo que más me ha gustado de ser papá es ver cómo va cambiando la vida, pero con este compromiso de ser tu guía, tu ejemplo. Ahora pienso: si llegarán a tener hijos, también experimentarán esta sensación, lo que me hace reflexionar sobre el empeño, el esfuerzo, los sacrificios y la dedicación de mi madre y padre, sus abuelos, al estar conmigo. 

El mayor reto que he enfrentado fue verlos enfermos, sin duda, el momento más angustiante: verlos con sus ojos llorosos, sin sus risas tiernas y con la incertidumbre e impotencia de no poder hacer algo más por ustedes y sentir miedo porque les pudiera pasar algo. 

Ser papá es otro mundo. Todo lo que pensaste, planeaste y diseñaste se derrumbó en dos segundos. Cada minuto va cambiando los planes; cada hora puede ser emocionante o difícil; cada día puede ser un universo distinto; cada mes es una nueva vida, y cada año te enseña y te demuestra lo fuerte o lo débil que puedes ser. 

Se despide de ti el que llamas: papá. 

¡Te quiero! 

Cuéntanos, ¿qué palabras quisieras dedicarle a tus hijas e hijos? ¿Qué te hizo sentir esta carta? Deja tus comentarios y reflexiones al respecto.

3 comentarios

  1. Pável

    Estimado Eduardo:

    Gracias por compartir tus reflexiones y tus sentimientos. Además de la admiración profesional que siento por ti, ahora te admiro por tu forma de asumir tu paternidad.

    Tu hija y tu hijo son personas afortunadas de tenerte en sus vidas.

  2. María Dolores Rodríguez Tepezano

    ¡Muy lindo mensaje, felicidades por compartir sus palabras!

  3. Rodolfo Ortiz Hidalgo.

    Me agrada siempre saber, que hay personas que deciden libremente escribir, desde cualquier parte del País, ejerciendo su legítimo derecho a hacerlo; y compartir sus muy valiosos pensamientos.
    Digno de valorarse, todas las aportaciones.

    Me gusta leer su muy sensible pensamiento que, con inobjetable sinceridad, nos comparte.
    No dudo que lo conservará por escrito (sugiero ponerle fecha y firmarlo) para cuando hayan ya crecido sus hijos, y se encuentren en cualquier periodo de la vida, maduros, o hasta ser adultos mayores, no importan en qué ciclo de la vida, ellos sabrán valorar aún más lo que su padre les escribió durante sus primeros inicios de vida.
    Mis sinceras felicitaciones.
    Por otro lado, comento, que por ser usted de la Subdirección General de Comunicación, me gustaría escribir y compartir aquí en el presente blog, un viejo sueño o anhelo relacionado al tema Comunicación, que nació, cuando yo trabajaba en la construcción de la primera Unidad Habitacional del INFONAVIT, en un lugar, ubicado a 194 Kilómetros de la Delegación Regional. Y a 589 Kilómetros de la Ciudad de México.
    Esto es, hace ya varios años.

    Gracias a Usted, a Arturo Moguel Moguel, a Óscar Argenis Estrada Hernández, y a Orlando López Gutiérrez, por compartirnos sus sentidas, valiosas, y muy interesantes aportaciones en relación al Día del Padre.
    Mi comentario.

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