Todos somos un solo mundo

LGBTI

De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, la definición de bandera es “tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución”. Y es ahí de donde partimos, porque hay una bandera que si bien no representa a una nación, sí es conocida alrededor del mundo, y nos referimos a la bandera LGBTI+, la cual es la insignia de una población que durante años ha sido sinónimo de lucha por el reconocimiento y respeto hacia todas las personas que la conforman. No obstante, hoy nuestra pluma invitada, Norma Elena Castro Márquez, gerenta de Cobranza en la delegación Baja California Sur, nos comparte una reflexión que va más allá de colores, nos expone una defensa por la vida misma.

En búsqueda de un espacio digno en la sociedad, la famosa bandera del arcoíris, creada en San Francisco, Estados Unidos, por el artista y activista Gilbert Baker a finales de los años 70, aunque ha tenido modificaciones a lo largo del tiempo, sigue siendo representativa, donde cada color tiene un significado: rosa, sexo; rojo, vida; naranja, curación; amarillo, luz del sol; verde, naturaleza; azul, arte; celeste, armonía, y violeta, espíritu humano.

Y si bien, uno de los objetivos de esta bandera fue reconocer y aceptar a la población vulnerable y señalada por la sociedad, el significado de sus colores deja muy a la vista la importancia de los valores y la estabilidad en las personas en general, donde perduran los conceptos de vida, curación, belleza, armonía, espiritualidad y sexo para toda la humanidad.

Es aquí donde reflexiono: no hubiera sido necesario crearla, si la igualdad en la sociedad existiera y nuestra orientación sexual se respetara; sin embargo, su invención es imagen de identidad, fuerza y fortaleza que cada uno de sus colores expresan, por ejemplo, el amor y derecho a la vida.

Aún queda mucho trabajo por realizar, principalmente, en el cambio cultural, ya que como sociedad debemos ser empáticos; cambiar el chip social no ha sido fácil, sobre todo, en culturas donde el sexo aún sigue siendo un tabú y esa idea está arraigada.

Pero la lucha debe continuar como sociedad, para que todas las personas se sientan incluidas y con los mismos derechos y obligaciones como individuos, porque su orientación sexual no debería ni siquiera ser un tema de búsqueda de reconocimiento y aceptación, pues el respeto a elegir cómo deseas vivir tu sexualidad es una la elección como cualquier otro tema.

Seamos capaces como sociedad a ser incluyentes en el mundo laboral, al respetar de manera natural la orientación sexual y nuestra libertad de vestir, siempre y cuando sea de manera respetuosa para todas y todos.

Debemos hacer una red de reconocimiento cultural que nuestras amigas, amigos, hermanos, hermanas, hijas, hijos, conocidos, no conocidos, se sientan cómodos en el mundo que nos tocó vivir, ya que no elegimos la época y las condiciones de nacer, pero sí podemos elegir ser parte de ese gran cambio que permita a la población LGBTI+ sentirse parte importante de nuestra sociedad con más espacio de participación en ella en cualquier ambiente, porque todas y todos contamos con habilidades y capacidades que suman para ser un mejor país y una sociedad más incluyente.

¿Qué opinión tienes sobre las líneas de nuestra pluma invitada?, ¿cómo te sientes al leerlas? Coméntanos.

1 comentario

  1. María Dolores Rodríguez Tepezano

    ¡Muy bien! Yo no sabía los datos que se mencionan sobre la creación de la bandera, el significado de los colores “cada color tiene un significado: rosa, sexo; rojo, vida; naranja, curación; amarillo, luz del sol; verde, naturaleza; azul, arte; celeste, armonía, y violeta, espíritu humano” es una invitación a tomar conciencia del respeto que nos debemos entre todas y todos. Muy bonito escrito, felicidades.

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